Hoy es dia cuatro de marzo, el dia del baile en el
instituto. Todos los años un comité formado por los más populares del instituto
organiza un baile que suele ser patético. Este año Maya ha conseguido colarse
en esos populares e intuyo que será diferente a todos los otros bailes. Lleva
meses ultimando los detalles, comprando bebidas, seleccionando musicas,
haciendo papeletas para el rey y la reina del baile.... Este año quiero ir. Me
gustaría pedírselo a Ray pero creo que Maya se me ha adelantado. Llevan días
quedando a solas, Maya nos miente sobre los planes y se las inegnia para
tenerlo para ella sola. Por otro lado, Alex ha decidido darle una oportunidad a Will.
El discursito del otro día fue realmente sincero y entiendo que quiera
perdonarle. El pasado ya ha pasado y no se puede cambiar pero podemos mejorar
el futuro. Yo.. yo iré sola esperando que haya alguien que queira quedarse
conmigo mientras lasotras parejas bailan y se preparan para el concurso más
esperado del año.
- ¡Rebecca! ¿Has
visto a Will? Llevo todo el día buscandolo y no sé dónde puede estar...
-Nop, pero tranquila, estará comprandose su nueva pajarita
jajaja- digo ironicamente ya que Will odia las pajaritas y cualquiero otro
objeto que se ponga alrededor de cuello y le impida respirar con normalidad.
- Apuf... vale gracias...
- ¡Chicos! Sentaos
ya, la clase está a punto de empezar. - dice Roberto con preocupación. Algo le
ha debido pasar.- Tenemos que hablar sobre uno de vuestros compañeros. Es algo
difícil de contar pero es necesario que lo sepáis. Esta madrugada los policias
locales han encontrado el cuerpo de Will Straus colgado de un árbol del bosque
sin vi....
Antes de que pueda acabar la frase noto como todo se queire
caer a mi alrededor. La gente se gira con miradas desconcertadas. Nos observa a
nosotras, observan el sitio vacío a mi lado. Mis ojos se tiñen con una capa de
agua y niebla. Me empiezan a pitar los oídos, estoy en otro mundo. Debo de
estar soñando. Solo oigo mi sangre latir en mi sien. Eso y llantos. ¿Serán los
míos? Si estoy llorando es de manera mecánica, inconsieciente. Pero no. No soy
yo. Es Alex. Llora desconsolada, como un bebé recien nacido al sacarlo del
vientre de su madre intentando respirar por primera vez. Me levanto como puedo
para buscarla. Maya ya esta allí, con Ray. Entre todos nos la llevamos a fuera.
La abrazó fuerte contra mi pecho intentando calmar el llanto, consolandola como
puedo. Ayer le pidió perdón, hoy iba a ser su gran noche y ya no está. Will ya
no está. Imagino porqué lo ha echo pero no puedo estar segura. Su padre murió
hace unos años aunque creo que el dolor, el sufrimiento y la culpabilidad han
causado esto.
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Han pasado unas horas des de la noticia y Alex está en su
casa, con su madre, descansando. Roberto nos ha dicho que la familia Straus
queria verla pero hemos creido conveniento ir en su lugar. Maya y yo nos
acercamos a la finca de Will. Al entrar damos el pésame a su madre, Rachel, y
al resto de familia que ha venido para el velatorio. Rachel nos conduce a la
habitación de Will. Es una habitación asutera, sin mucha decoración. Una cama,
un armario y un escritorio. No hay señales de que un chico adolescente viva
ahí. Entonces es cuando nos abre el armario y de el caen desordenadamente 365
rosas rojas. Cada una tiene una nota colgada de su tallo. Cada nota contiene
una fecha diferente y una frase. Leemos algunas para ver de que se trata. Son
rosas para Alex. Ha planeado esto durante mucho tiempo. Su madre nos cuenta que
esas rosas son de su jardín y que cada día cortaba una aunque ella nunca supo
porque. Cada día Will cortaba una rosa, la trataba para mantenerla fresa y le
escribía una nota con la fecha en la que debería ser entregada a su
destinataria. Había para un año de regalos. Un año en el que Alex recibiría una
rosa anónima que le ayudaría a sonreir y a seguir adelante.
Decidimos que eso, la última voluntad de Will, debería
cumplirse. Maya y yo nos encargaríamos de que Alex recibiera su rosa cada día,
de que sonriera por él.
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