Me levanto pronto, antes de que el despertador suene. Hoy
vuelvo a las clases y tengo muchas cosas que hacer y en las que pensar. Me
recojo el pelo en una coleta alta y desecha. Me pongo unos leggins y una
camiseta deportiva. Coloco los auriculares en el hueco de mis orejas y con
ojeras salgo a la calle para correr un rato. Al salir respiro profundamente y
noto como el aire frío y puro entra por mi nariz. Me siento viva a pesar de
todo lo que me ha pasado. Muevo coordinadamente mis pies y mis brazos a la vez
que planifico cómo me comportaré hoy. Tengo que decidir si quiero que me ayuden
a recordar o prefiero crear mis propios recuerdos de nuevo. Ser mi antigua yo o
ser la nueva.
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Llego a clase acompañada de Su. Dice que es mi prima y la
creo. Tiene mis mismos apellidos y bueno, está viviendo conmigo. A lo lejos veo
al chico de ayer y a dos chicas más. Me dijeron que ellos eran mis amigos. Me
acerco asustada. He decidido recordar. No sé si lo que me encuentre me gustará
o no pero así era yo y si no fuera por el accidente seguiría siendo así.
-Hola....-digo
-Becca.... Ven...- dice la chica rubia mientras me abraza
fuertemente. Yo no sé qué cara poner o qué hacer. Así que confundida coloco mis
brazos alrededor de su espalda y presiono.
-Quiero recordar chicos. Necesito hacerlo. Byron me ha contado
cosas pero no lo sé todo.
-Sí claro, te diremos todo lo que quieras saber. Pero ahora
tenemos que entrar en clase. ¿Quedamos después? ¿A las 5?- dice la otra chica.
-Sí, sí... En mi casa. - y me giro dirigiéndome a mi
taquilla para coger mi libro de historia.
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Después de la clase voy hacia el patio interior del
instituto para comer algo en alguna de las múltiples mesas de picnic que hay.
Al girar por una esquina noto que des del otro lado alguien tira de mi brazo.
Con cara de sorpresa doy un giro provocado y me planto delante de Byron. Al
instante me presiona contra su pecho a la vez que se golpea la espalda con la
pared. Entonces me coge la cara con sus manos y me besa. Cada vez que lo hace
una imagen viene a mi mente, como si cada beso fuera un recuerdo. Quiero más
recuerdos así que le beso yo otra vez.
- Ven a mi casa. Podemos comer allí. - me dice sonriente.
-Vale.- le digo entre besos.
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Entramos por la puerta cogidos de la mano. Por mi mente
pasan muchas cosas y ninguna de ellas se centra en comer algo para volver a
clase. Estamos solos en casa y me gusta. Me atrae tanto que cerraría los ojos y
me dejaría llevar. Casi ni le conozco, es decir, mi nueva yo no le conoce.
Supongo que la otra sí y que ella dejando al lado la estupidez de las
adolescentes se había enamorado de él por alguna razón. Tenía tiempo de
adivinarlo, pero por el momento estamos aquí. Camino detrás de él por el
pasillo y al llegar a la puerta del salón, le impido abrirla y en vez de eso le
beso de nuevo. De un salto entrelazo mis piernas entre su cadera y con un beso
largo dejo claras mis intenciones. No sé que estoy haciendo, quizás no conocía
nada de "la Becca antes del accidente" pero una cosa tenía clara. Era
virgen igual que yo hasta dentro de unos momentos. Abro la puerta con la mano
izquierda mientras poso la derecha en su pecho. Me lleva en brazos hasta el
sofá. Allí me deja caer y se tira suavemente encima mío. Al caer le cojo la
parte de abajo de la camiseta y le ayudo a quitársela. Entonces le veo, por
primera vez. Tiene unos pectorales definidos pero no demasiado. No es un chico
de esos que se tiran toda la tarde en el gimnasio para intentar imitar a Arnold
schwarzenegger. También veo que esos
puntitos que salen al depilarse con cuchilla le recorren la parte baja de la
barriga, que por otro lado es plana. No sé porque cada cosa de él me atrae más.
Aunque todo sea precipitado creo que no me arrepentiré de hacer esto. Después
de mi rápida visión él me quita mi parte superior dejando al descubierto mis
imperfecciones. Por suerte, no parece importarle. Me deja de besar por un
instante y me susurra al oído: eres preciosa. Ahí es cuando yo me convierto en
cenizas transportadas por el viento a su albedrío. Y mi viento es Byron.
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