Antes de adentrarnos más en la casa, en el
asesinato, en el misterio decidimos llamar a la policía. Ray coge su móvil y en
un ataque de cordura marca el número. Una voz monótona y apagada está en el otro
lado de la línea.
-Emergencias dígame.
- Se ha producido un
accidente. Un chico está herido, bueno creo que muerto en el 3 de GoreAvenue.
Llamen al samur, a la policía forense o a quién sea, pero vengan ya.
Mientras esperamos a qué
vengan, estamos sentados en la escalera de la entrada. Con la mirada fija en un
punto, en una mancha en el suelo. La miro pensando cómo habrá llegado ahí,
quién habrá sido el culpable. Pensamientos estúpidos que llenan mi mente en un
momento confuso. Tendremos que prestar declaración, recordar lo sucedido. Una
cosa que últimamente no se me da muy bien. Veo que un coche patrulla se acerca,
con las tres luces encendidas y parpadeantes. Haciendo que todos los que las
miran deban entrecerrar los ojos para evitar que sus retinas se dañen. El
sonido de la sirena retumba en mis oídos. Esto solo pasaba en las pelis, solo
en las pelis una chica cómo yo se encontraba en medio del escenario de un
crimen. Una chica uniformada se baja del coche, con un maletín en la mano. Se
acerca a nosotros con un gracioso movimiento de caderas. Creo que es la típica
mujer que hace un trabajo de hombres, que se siente rodeada de machos
dominantes que no la tratan como una mujer, sino como una más de la pandilla.
Tirándose eructos delante suyo y manteniendo conversaciones sobre lucha libre y
futbol. Creo que se quiere sentir mujer dentro y fuera del trabajo. Y por eso
se mueve así. Intenta gritarle al mundo que aún es femenina. Que pasarse el día
rodeada de delincuentes traficantes no le ha quitado su parte coqueta y bella.
-¿Sois vosotros los que nos
han llamado ?- nos pregunta cuando ya está a apenas unos metros de nosotros.
-Sí.- afirma seguro Ray.-
hemos entrado en la casa, es amigo nuestro, bueno creíamos que lo era. La
puerta estaba abierta y nos lo hemos encontrado como está. No hemos tocado
nada.
-De acuerdo. Gracias. Ahora
vendrá un compañero para que prestéis declaración. Después iros a casa a
descansar. Os informaremos con lo que sea.
Entonces sale un hombre del
mismo coche con un bloc de notas en la mano. Se acerca a nosotros mientras
habla por el móvil. Bueno más que hablar, asiente. Sí, em... claro, aha. Es
todo lo que sale de su boca.
-Chicos, contarme que ha
pasado. Cómo os lo habéis encontrado. Si hay alguien que quisiera hacerle daño
y por qué. Todo lo que nos pueda ser de ayuda para la investigación.
Le contamos lo sucedido
pero decidimos mantener en secreto lo de mi falta de memoria, lo del engaño de
Byron, las ganas de matarlo que teníamos todos y que yo estuve en esa casa unas
horas antes. No nos hemos puesto de acuerdo para mentir a la poli, pero no
hacia falta hablar. Con la mirada ya nos habíamos aclarado. No queríamos complicarnos
más la vida con historias de asesinatos. Esa parte de mi vida no afecta a la
investigación así que no hace falta contarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario